Y tú, ¿eres un billete falso?
“Si las personas fuéramos dinero, habría millones de billetes falsos”
¿Quién no ha escuchado esta frase en alguna ocasión? ¿Verdad que os suena? Y vosotros… ¿seríais uno de esos billetes falsos?
Definición
Según la Real Academia Española, que de esto creo que entiende algo, la definición de falsedad es la siguiente:
falsedad. (Del lat. falsĭtas, -ātis).
1. f. Falta de verdad o autenticidad
2. f. Falta de conformidad entre las palabras, las ideas y las cosas.
3. f. Der. Delito consistente en la alteración o simulación de la verdad, con efectos relevantes, hechas en documentos públicos o privados, en monedas, en timbres o en marcas.
Quedémonos con cualquiera de las dos primeras acepciones, que serán las que más conozcamos y con las que más nos encontramos en el día a día. Y podremos fácilmente deducir, cual gran Sherlock Holmes, que hay una buena cantidad de falsedades a nuestro alrededor. Cometidas por personas. Con lo que, siguiendo la teoría deductiva del gran Forrest Gump, si “tonto es el que hace tonterías” no será muy complicado darnos cuenta que tenemos muchas personas falsas a nuestro alrededor.
Según Alberto, “el objetivo de la persona falsa es aparentar”. En su artículo hace una diferenciación entre falsedad y mentira. Os recomiendo su lectura, es interesante.
Motivaciones
“La falsedad es tan antigua como el árbol del Edén.”
Orson Welles (1915-1985) Director de cine estadounidense
Los motivos que cada cual pueda tener para actuar de esta manera, pueden ser variopintos. En algunos casos son producidos por un interés material: dinero, posesión, etc. En otros, no más loables por ello, por un interés más espiritual: amor, cariño, integración social … Y en algunos casos, que llaman poderosamente la atención, puede (claro, nadie va a dar fe de que sea un falso así como así) que lo sean por pura diversión, porque es que si no es así, no se entiende.
Y este último caso, el de la pura diversión, lo podemos enlazar con uno de los deportes nacionales de nuestro país: el cotilleo. Si conjugamos ambas premisas, falsedad y cotilleo, conseguimos crear un cóctel que ríanse ustedes del Molotov.
Consecuencias
Pues del mismo modo que tenemos diversos motivos que lleven a una persona a ser falsa o comportarse falsamente, las consecuencias variarán en función del alcance de sus actos. Normalmente no suelen ir más allá del propio individuo, o en ocasiones, llegar a alguno de sus allegados, que suelen haber tomado parte (consciente o inconscientemente) en la farsa urdida.
En los casos más “potentes” pueden llegar a provocar situaciones muy controvertidas e incluso diría que divertidas, si no fuera porque suelen hacer daño a otras personas
Y, si como ocurre a veces, se une la falsedad a la mentira, es decir, existe una apariencia usada conscientemente con ánimo de engañar, entonces puede ocurrir de nuevo como cuando os mencionaba el Molotov: se pueden dar las circunstancias ideales para una “tormenta perfecta”, de consecuencias imprevisibles.
Conclusiones
“Aquel que te cuenta la vida de los demás sin que le pregunten, tampoco necesitará que pregunten para contar la tuya”
Dando por válida la distinción entre mentira y falsedad (especialmente aplicado a personas) podemos concluir que estamos rodeados de unos y de otros. Sólo hay que echar un vistazo con un poco más de objetividad de lo habitual para darnos cuenta de ello.
Cuidémonos muy mucho de los que aúnan ambas características, y máxime si además son aficionados a ir contando cosas de todo el mundo. Podemos estar ante un arma de destrucción masiva sin habernos percatado. Y eso que suelen avisarlo por ‘hache y por be’: “te juro que yo de esto no hablo con nadie”.
Y, bueno, la vida nunca deja de sorprendernos…
5 Replies to “Y tú, ¿eres un billete falso?”
Brillante Juan, magnífico. Lo mejor en los casos en los que detectemos un billete falso en nuestra cartera, es sacarlo cuanto antes y tirarlo a la basura, no vaya a ser que nos confundamos con el resto de billetes y vayamos a tirar el billete que sea bueno…
No seré yo quien califique a unos u otros. Quiero pensar que la persona a la que catalogamos como falsa no lo es por diversión. Tal vez se comporten de esa manera en momentos determinados por algún interés, pero creo que eso no debería preocuparnos, puesto que debemos aprender que lo hace una vez, y si traiciona minuestra confianza no volver a confiar en ella. Nos quedamos más decepcionados que enfadados.
También hay que decir que no debemos creernos las cosas hasta haberlas contrastado, puesto que más que una falsedad, a veces es una manipulación, como bien dices, para sacar algún tipo de beneficio, y suelen ser verdades a medias. Por eso lo mejor es estar atentos y ver venir a esas personas. Cierto, cuando me cuentas algo de alguien sin que te pregunte, seguramente contarás algo mío a otros sin que te pregunten; por tanto, no te cuento nada.
También decirte que nuestros actos nos delatan. Ama verdaderamente y haz lo que quieras. No tendrán motivos para ponerte a caer de un burro.
Un abrazo.
Gracias Emi.
Javi totalmente de acuerdo, salvo un apunte en el final: estoy convencido de que debe ser así, amar verdaderamente y hacer lo que queramos; y efectivamente, no tendrán motivos para hablar, lo cual, por desgracia, no significa que no lo hagan. Lo importante en estos casos, es que te resbale.
Como dije en su día: si ancha es Castilla, más ancha es mi espalda…
Saludos
Una verdad como un pino (como dicen)… Buen post Juan
Muchas gracias Carmen.