Espía que algo queda

Espía que algo queda

Con medio mundo indignado con los supuestos espionajes de Estados Unidos a sus “socios mundiales”, con la polémica del ex agente de la CIA Snowden todavía calentita, hoy nos desayunamos con una noticia auténticamente reveladora: “Un joven estafa 40.000 euros con una app falsa para espiar en Whatsapp”.

cotilleo móvil 1
¿os suena?

Y digo reveladora porque es un fiel reflejo de los deseos ocultos del ser humano de saber a cualquier precio. Quien más quien menos, ha tenido la tentación de hacer uso de herramientas cualesquiera para tratar de conocer las conversaciones privadas de otras personas, ya sean amigos, pareja, familia, jefes o compañeros de trabajo, clientes, etc.Y es reveladora de la actitud muy generalizada del ser humano. Podríamos decir que es muy sui generis  😛

La realidad es ésta. En una sociedad, la española, en la que comprar una canción por internet (al módico precio de entre 60 céntimos y un euro) es algo prácticamente impensable para la mayoría; que el hecho de que una aplicación como el popular Whatsapp del que habla la noticia, pasara de ser gratuita a ser de pago (menos de un euro para toda la vida en Apple y aproximadamente un euro anual en Android) supuso poco menos que una revolución de las masas; como digo, en esta sociedad, un joven consigue 40.000 euros en dos meses con esa supuesta aplicación de espionaje. Esto dice mucho de nuestros principales intereses.

No creo que sea el primer caso, ni seguro que será el último, que se dé. Nos mueve el afán por averiguar los “secretos” de los demás. La información es poder, dicen. Y muchas veces, no nos importa pagar por esa posibilidad de obtenerla fácilmente. Como pregonaba un amigo hace tiempo refiriéndose a nuestra nación: país de cotillas.

chisme

El cotilleo mueve más montañas que la fe. Y eso lo podemos comprobar a diario, no sólo en las televisiones, si no en nuestro día a día. Los chismorreos sobre el vecino raro de la comunidad, la chica soltera que se ha quedado embarazada y que desata todo tipo de rumores, el nuevo coche de alta gama de ese personaje que no se sabe “de dónde saca ‘pa’ tanto como destaca”,  son sólo unos ejemplos de lo que nos encontramos a diario al salir a las calles de nuestra ciudad.

Y olvídense, queridos lectores, de aquel bulo de que en las grandes ciudades no se da este fenómeno. El alcahueteo va por barrios, por manzanas o simplemente por comunidades de vecinos, pero existir existe. Podrá ser más discreto o menos, de baja clase o con glamour, pero se da en todas las colectividades humanas. Es más, existen los “gurús” del cotilleo; aquellas personas que son un referente para los amantes del chisme, porque lo saben todo de todos y lo que no, lo averiguan. Se podría decir que en cada manzana o barrio, tenemos una “vieja’l visillo”.

Imágenes tomadas de: reflejosdereflejos.wordpress.com ; ponloentumovil.com

2 Replies to “Espía que algo queda”

  1. Lo peor no es cotilleo, no es el criticar por diversión, cosa que es deporte nacional en este país.

    Lo peor de todo es cuando una vez obtenida esa información, la moldeas a tu gusto para hacer que un juicio que a ti te conviene, pase como verdad universal para quienes te rodean, haciendo así, abuso de poder de esa información sesgada y manipulada. Lo típico es para hacerle el vacío a una persona que odias, otras, sin embargo, tienen intenciones totalmente contrarias, para unir, lo malo es que esto último rara vez se usa en Esoaña…

y tú, ¿qué opinas?

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