Carta a Mariano Rajoy
A continuación reproduzco un escrito de una militante dirigido al Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y que suscribo plenamente
«Sr. Presidente, querido Mariano.
Permíteme la cercanía llena de respeto de quien habla con un igual. Sé que estos escritos, de una forma u otra te llegan. Llevo un rato desvelada y he sentido la necesidad de hacerte llegar estas líneas.
Hacía mucho que no me despertaba en mitad de la noche y hoy, la tos de mi hija, ha conseguido que perdiera el hilo del sueño. Estaba pensando en ese dato y he recordado las innumerables noches en vela por culpa de la política y “sus gentes”.
Ayer, a la luz de las últimas detenciones, alguien dijo a mi alrededor: «nos vamos a quedar sin políticos«. Como un resorte mi mente recordó una recomendación que un querido amigo me hizo: “manténte al margen, algún día el partido necesitará gente limpia que no se haya contaminado ni del aire que han respirado estos” (hablando de unos pocos muy concretos). Hoy me sonrío. Jamás volvería a la política activa. Esos “concretos” me enseñaron a guardar mis ganas y disposición en una caja y ponerle un cartel de “no abrir, peligro de muerte”.
Tuve la mala suerte de llegar a este mundo político primero a tu muro personal, Mariano, luego al de varios amigos que todavía conservo y, de golpe, al de muchos dirigentes nacionales y regionales. Digo mala suerte, porque si hubiera empezado por la sede quizá hoy todavía estaría ahí “enganchada”, o no: tengo la mala costumbre de deberme sólo a mi conciencia y a Dios y todo seguido, a mi familia. Llegué a mi sede local con muchas ganas de ayudar, sin pedir nada a cambio. La misma persona que me dijo “manténte alejada”, en aquel momento me pidió que acudiera: quería verme allí. Un gran problema, porque allí había gente que se preparaba para hacer carrera política. Que yo irrumpiera y además, con el respaldo de muchos directivos regionales (ninguno acusado de nada, gente magnífica que merece mi respeto), les puso muy nerviosos. De hecho, consiguieron que me fuera. Conservaré como oro en paño de esa época momentos en los que ayudé realmente y puse una sonrisa en la cara de bastante gente.
Sinceramente, os admiro. Admiro a todos mis amigos que sienten el vértigo de la soledad del poder, sin saber en quién pueden realmente confiar. Creo que por eso todavía conservo mi militancia: por ellos, por vosotros. Y os admiro tanto porque ahora tengo la suerte de compartir y confiar en gente con valores que anteponen su conciencia, antes de venderse por un sillón. Se la paz y la alegría que eso ha traído a mi vida y no sería capaz de ninguna manera de volver a perder el sueño por quien no merece la pena.
Después de compartir aperturas de congresos y más eventos contigo (a través de mis ‘posts’ proyectados a tus espaldas), de poner mi cara y mi nombre y apellidos por el partido, estoy en proceso de volverme transparente. Y no me refiero a la transparencia de la no corrupción, que también, si no a la transparencia del anonimato.
Nunca estaré donde no me quieran y el partido ha demostrado no quererme… Y ése es un sentimiento que comparto con muchos. No me digas “el partido no son esos cuantos”, porque para mí, lo ha sido. Como un castillo de naipes, supongo que la versión oficial de la explicación al “¿dónde está…?” ha podido más que el descolgar el teléfono y preguntarme a mí personalmente. ¡Tantos a los que he ayudado a subir y me llamaban para otras cosas, dejaron de hacerlo… todos de golpe!. Qué curioso. No importa, a cada uno el tiempo le pone en su lugar.
Sr. Presidente, mi Presidente: siempre guardaré la alegría de haber ayudado al partido a llegar a la mayoría absoluta y viajar expresamente a Madrid esa noche para celebrarlo a los pies del balcón de Génova. Por favor, sea inflexible con quien pisotea esas ilusiones.
Le regalo una frase que leí hace no mucho: “quien más manda es quien más tiene que servir”. Muchas gracias por su atención. Le deseo que su conciencia siempre le permita felices sueños.
Un abrazo.»
One Reply to “Carta a Mariano Rajoy”
Bueno, eso no se lo pasan a Mariano… ni de coña!
Ya se encargarán todos los lameculos que le rodean de que esto, ni otras miles de cartas que los militantes y simpatizantes tienen en su mente, se pierda en el limbo del olvido.
¿Qvo vadis, PP?
Pobre PP… ¡y pobre España!