Redes sociales: ¿farsa o realidad?

Redes sociales: ¿farsa o realidad?

Mucho se ha hablado del tema, desde diversos puntos de vista, desde prácticamente todos los aspectos analizables que hubiera o hubiese, de las redes sociales. Seguridad, funcionalidad, uso … Yo, hoy, quiero tocar un tema algo más psicológico. ¿Somos nosotros mismos en las redes sociales o estamos “jugando un papel”, ejerciendo un “rol”? Sí, ya sé que para un fanático de la ortografía y la gramática como yo, lo de “jugar un papel” no es la expresión más adecuada, pero seguro que todos me entendéis, ¿a que sí?
 
No es la primera vez que “me toca” el tema de cerca. En alguna ocasión, con alguna persona de twitter que en su momento “desvirtualicé” ( para los no entendidos, nos conocimos en persona ), salió el asunto a colación. Fundamentalmente en twitter donde, por la propia filosofía de la red de “microblogging” (eso ya lo buscáis en “San Google” o pincháis en el «palabro»), se puede tener la tendencia a “falsear” la propia realidad, creando una imagen de nosotros mismos que no es la verdadera. En unos casos más idealizada, en algunos más borde, en otros, simplemente desarrollando una identidad falsa.
 
Las redes sociales nos permiten incluso crear una personalidad totalmente ficticia, donde poder ejercer todas aquellas acciones que, desde nuestro propio yo, seríamos incapaces de realizar, por unos u otros motivos. En algunos casos suponen una liberación, un desahogo de nuestro mundo real. En otros, reflejamos en ese personaje todas nuestras inquietudes de un modo “anónimo”, de tal manera que no perdemos nada de nuestra reputación o estatus en la vida “real”.
 
 
Hoy, que disponemos de redes sociales para dar y vender, se puede casi concluir que cualquiera puede ser Truman en aquella famosa película del actor Jim Carrey, ElShow de Truman, que a mí me impactó. Casi se podía considerar un anticipo en pequeño e individual de la también famosa Matrix. Y aquí tenemos otro claro ejemplo de lo que pueden ser las redes sociales. En Matrix nada es real. En algunos perfiles de las redes, ocurre algo similar. En ocasiones, tertuliando con “facebooker@s” que están hiper conectados, llegamos a la conclusión de que analizando la actividad en las redes de cualquier perfil, casi podemos desgranar su vida minuto a minuto. Y esto, aparentemente, transmite una imagen de la persona en cuestión que, sin quererlo, desvirtúa su realidad.
 
 
Pongamos por caso el de un buen amigo, conectado a Facebook, Twitter, Google+Foursquare y Yelp(redes de ubicación geolocalizada y referencia de lugares ), LinkdIn (red social para búsqueda de empleo) Instagram (aplicación de fotografía para dispositivos móviles), Pinterest (gustos y hobbies), y algún etcétera que me dejo por citar sólo las más conocidas. Si seguimos la actividad de dicha personalidad a través de sus redes, transmite una intensidad tal que sería prácticamente imposible seguir su ritmo en la vida real. Normalmente, esto no suele ser así (también están los enganchados que … son caso aparte). Pero al igual que la televisión dicen que engorda, las redes sociales pueden magnificar la personalidad de cualquier usuario, en uno u otro sentido.
 
Obviamente, y como reza el subtítulo de este blog (un rincón donde charlar de cualquier cosa), se puede o no estar de acuerdo con estas afirmaciones, e incluso cabrían cientos de matices e interpretaciones más que las que se tocan en este escueto artículo. Pero, para eso, están los comentarios, situados justo debajo de estas líneas.
Nos vemos en las redes 😉
 
P.D.: ¡Manda huevos! No he hablado de los Blogs 😛 
 
 
 
imágenes prestadas de: 
 

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