Discriminación Gorda

Discriminación Gorda

La semana pasada estuve en EuroDisney. No, no es por daros envidia (bueno un poco sí :P), si no porque además de tener la suerte de haber disfrutado de la fantasía de este parque, me fijé en algo que hasta ahora casi siempre me pasaba desapercibido: nuestros prejuicios reflejados en discriminaciones. Concretamente en la discriminación por peso o por volumen. Vamos, la discriminación de las personas gordas.

 

Semántica

Lo primero que quiero decir es que se les llama así: gordos. ¿Suena mal? Pues imagino que esto será como casi todo en esta vida: depende. ¿Suena mejor obeso? A mí, particularmente, no. Pero bien, como me voy a permitir esta licencia, y éste no es el objeto principal del artículo, sigo con el asunto.

Discriminación estándard

En una gran parte de sitios encontramos discriminación hacia los gordos. ¿Quién no ha oído algún comentario acerca de alguien que ha tenido que comprar dos billetes de avión (sea leyenda urbana o no) para poder viajar en uno de estos artefactos? Pues eso, que dada la normalización de casi todo, esta gente se encuentra con serios problemas en muchos momentos de su vida. Los asientos de cualquier medio de transporte público, de los estadios, teatros, etc. son una buena muestra de ello.

tornos
Los famosos tornos

No es el único inconveniente. Por lo general para entrar a cualquiera de los edificios o infraestructuras en las que se prestan estos servicios (estaciones, estadios, aeropuertos…) existen unos angostos espacios que terminan en unos tornos, que sirven para controlar el acceso a la mayoría de estos lugares. Y siempre, siempre, siempre, son lo suficientemente estrechos como para que a una persona medianamente gorda, le sea casi misión imposible poder acceder por ellos. Esto fue la causa de que me fijara justamente en mi viaje a Disney, donde hay máquinas de este tipo en casi todas las atracciones.

En los cuatro medios de transporte que utilizamos durante dicho viaje (avión, tren, bus y automóvil) me pude percatar que la situación es similar. Casi todos ellos cuentan con asientos de “tamaño medio”. En ellos, es bastante complicado que una persona gordita viaje cómoda. Si ya es una gordura mayor, no quiero imaginar el suplicio que puede suponer. Y digo yo. Si reservamos plazas para discapacitados, ¿por qué no hay plazas para gordos? Sería una posible solución. Al menos tenerlas en cuenta.

Realidades

Y sí queridos lectores. Esto ocurre a diario y no nos damos cuenta. Y como éstas, varias discriminaciones similares de las que, por costumbre adquirida, apenas nos percatamos. Vivimos en un mundo tal vez excesivamente estandarizado donde, por desgracia, salirse de lo “normal” es sinónimo de problemas. Encontrar zapatos de hombre superiores a la talla 45 empieza a ser algo problemático ya. Lo mismo en el caso de la talla 41 en adelante para mujeres. Por poner un ejemplo.

Airbus ofrecerá asientos XL para pasajeros con sobrepeso
Airbus ofrecerá asientos XL para pasajeros con sobrepeso

Podríamos hablar también de lo difícil que resulta para un buen número de mujeres ajustar su postura al volante sin que vayan pegadas literalmente al mismo, para poder llegar a los pedales con sus pies. O de lo complicado de algunas indicaciones para personas mayores, por emplear lenguajes o técnicas de escritura demasiado modernas que les llevan a confundirse o no entender.

A veces damos por sentadas demasiadas cosas. Y sería conveniente pararnos de vez en cuando, contemplar el mundo tal como es, y darnos cuenta que hay mucha diversidad. Y aunque contentar a todos no es fácil, sí al menos deberíamos tener la intención y la previsión necesarias para que no se sintieran discriminados.

P.D: He vuelto a las andadas. Un mes sin (malos) humos 😉

6 Replies to “Discriminación Gorda”

  1. No es tontería, tienes razón. La obesidad afecta ya al 17% de la población adulta en España, y como cualquier discapacidad motora o sensorial, al día pueden pasar por unos cuantos obstáculos de los que los demás no nos damos cuenta.

    Y sí. no soy muy alta y es un auténtico rollo lo de los pedales del coche. Tienes que comerte el volante para llegar 🙁

    1. Gracias amiga Esther. Lo primero que me dices es lo más importante, que no es ninguna tontería. He estado varios días planteándome el publicar este post o ono, y llegué a esa conclusión. Y es que en algunas de las pocas colas de Disney, me dio tiempo a reflexionar sobre lo que había visto, y me di cuenta que hay más cosas similares. Y las que no he nombrado por desconocimiento o por omisión.

      Gracias por participar. Y no serás muy alta, pero eres muy grande 🙂

  2. Toda la razón del mundo. Aunque también es cierto que es un tema muy cultural.

    Durante un tiempo, pesaba 38 kilitos, y la verdad es que estaba sana y no me sentía demasiado delgada, pero gitanos y latinoamericanos me miraban absolutamente espantados. ¡Qué lastima de mujer!¡Si no hay por donde agarrar!

    Algo similar me contaba una amiga que le pasaba en Vietnan con su nariz. Lo que aquí era una napia XL, para los vietnamitas parecía ser algo muy muy atractivo.

    ¡Y no quieras saber como fue la cara de mi sobrina china cuando llegó a España y me vio tan rubia! Espanto era poco…

    Por cierto ¿te animas ha hacer un Divagando con… sobre el tema?

    Bss

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