De casualidades y propósitos
Probablemente sea una de esas casualidades en las que no creo, pero hete aquí que, andaba yo el otro día preguntándome qué escribir en mi blog, fundamentalmente porque hace poco alguien me preguntó por qué y para qué lo tenía. Y la respuesta llegó así, por casualidad. O no.
¿Qué por qué tengo un blog?
Pues lo que en un principio tenía bastante claro resulta que, a raíz de esta pregunta, me hizo plantearme varias cosas.
Mi respuesta fue rápida y clara: para escribir mi opinión sobre las cosas, sobre mi visión del mundo, y para tener un rincón donde poder publicar mis poemas y mis fotografías.
Y sin embargo, me sorprendí a mí mismo preguntándome si realmente estaba cumpliendo con mis “presuntas” intenciones.
Preguntas, preguntas y más preguntas
Y empecé a preguntarme por qué me había empeñado en darle forma y color a un espacio de escritura propia, que apenas siguen un par de cientos de personas con carácter “fijo”, y unos pocos más de modo esporádico.
Me pregunté si realmente estaba cumpliendo con mis “compromisos”, si realmente estaba dando mi opinión real, o si había creado un espacio de auto promoción, más preocupado por darme autobombo y tener repercusión que por escribir, comunicar o simplemente compartir.
Y siguieron varias preguntas acerca del posicionamiento, las estadísticas, los datos de impresiones, el alcance de mis publicaciones…
Curiosamente la respuesta a todas mis preguntas no me llegó de mí mismo. No. Me la dio uno de mis lectores, uno de vosotros.
Realidad y orígenes
Eso es lo que me aportó la respuesta: la realidad en la que me desenvuelvo a diario y el recordatorio de los orígenes de mi blog, esas palabras que daba al principio y que de vez en cuando está bien volver a recordar, de tal modo que no se nos suba el ego, los humos ni nada parecido.
Una persona, uno de mis contactos en redes sociales, alguien con quien comparto mis tuits y estados de Facebook, fue quien me respondió a todo esto. De repente, me llegó un mensaje suyo, y tras intercambiar números de teléfono me mandó unas palabras que me hicieron llorar de la emoción. Me comentó que mis escritos, mis constantes palabras de ánimo y alegría en las redes sociales (especialmente en tuiter) y mis textos en el blog, le habían servido mucho para superar una etapa complicadilla, y le habían ayudado a que su entusiasmo siguiera alto y vivo.
Y, obviamente, contra esto, no cabe argumento alguno. Queda meridianamente claro que, aunque a veces no nos lo parezca, cuando las cosas se hacen con pasión, calan.
Así que trataremos de seguir poniendo pasión en todo aquello que tenemos entre manos. Como se pretendía desde el principio y como se ha ido haciendo, o al menos intentándolo, con este blog.
Y, por supuesto, dar las gracias a ese AMIGO que he ganado ☺
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2 Replies to “De casualidades y propósitos”
Tú lo has dicho Juan: «cuando las cosas se hacen con pasión, calan». Toda acción tiene una reacción, ya sea en términos puramente físicos, medioambientales, emocionales o el que queramos buscar.
-Si lanzamos una piedra con odio contra una pared puede rebotar y hacernos daño. Si se la lanzo a un amigo en un parón del camino recibiré una sonrisa y una mirada agradecida.
-Si lanzamos basura al mar recibiremos contaminación y peces muertos. Si planto diez árboles diarios, en un año tendré 3650, todo un bosque para mí (con sus ardillas, conejos, roedores y pajaritos). Si lo hago durante diez prácticamente una selva.
-Si utilizamos el diccionario para decir y escribir sandeces cosecharemos el malestar de los que nos escuchan y leen. Si lo utilizo para transmitir mensajes de respeto, honestidad, entusiasmo y buen rollo está claro que me van a devolver la manzana lanzada en el camino cubierta de caramelo.
Gracias por hacer un uso entusiasta y positiva del abecedario.
Gracias amigo Esteban. Tus palabras dan más ánimo aún a seguir con esta línea iniciada hace ya cinco años.
Por mi parte, tienes abierto este espacio para poder compartir escritos como tu comentario.
A tu disposición. Gracias de nuevo. 🙂