Magnífico día de playa.

Magnífico día de playa.

FullSizeRender (3)Hoy he vuelto a la playa. Sí, de día, malpensados. Ha sido un magnífico día de playa, en familia, al borde del mar, disfrutando de lo propio de estos días: la compañía, el sol, el agua … el calor, la multitud…

Sí, hoy he disfrutado de un espléndido día en la playa de Las Arenas, con mis hijos y mi sobrina, una experiencia de vida que me ha servido para constatar varias cosas:

1.- Que nunca en mi vida seré campeón de colocación de sombrilla. Con lo fácil que me ha resultado hundir el palito en la arena, hasta una profundidad “más que razonable», según mi criterio. Se ve que la suave brisa marina disentía de esta opinión mía. En dos ocasiones nos ha tocado salir al encuentro del maligno artefacto. Podrían avisar en las instrucciones que estos bichos cobran vida en cuanto pisan la playa.

2.- Que mis amigos, mi familia … e incluso esos extraños que a veces me paraban por la calle o en alguna piscina, a los que no conocía de nada de antemano, TODOS tenían razón: necesitaba un buen baño de sol. A ver, nunca he sido especialmente tendente a que me confundan con alguno de los que van vendiendo bebidas, pareos, pulseras y demás por la arena de las playas. Pero ha sido quitarme la camiseta y observar que alrededor todo el mundo se ponía sus gafas de sol o giraba la cabeza, mientras se cubría los ojos con la mano… Creo que a partir de ahora, hasta al menos septiembre, ese punto lo hemos dejado zanjado.

FullSizeRender (4)3.- Que sigo siendo único. Tan solo mi hijo, otro niño y yo mismo, nos hemos llevado nuestras gafas de bucear (de las de a 3€ el kilo) a la playa. Por lo visto sigo siendo original. Y me siento muy orgulloso de que mi hijo haya salido a mí. No sólo eso: tampoco he vislumbrado ningún otro flotador de Nesquik en lo que la vista abarcaba. ¡Ay! Qué tiempos aquellos en que los balones de Nivea eran los Reyes de la Playa…

4.- Que me sigue costando mucho quitarme la camiseta y enseñar mi lorcita. No por nada, si no porque con los años que he dedicado a cultivarla, como para que te copie cualquier indeseable. Luego echas un vistazo alrededor y ves lo que ves. En fin, se ve que, como dijo aquel, la arruga es bella. ¡Ole por la desinhibición!

FullSizeRender (2)5.- Que en La Muñeca se sigue comiendo muy bien y te siguen atendiendo de maravilla. Es uno de esos sitios en los que parece que no pase el tiempo, no porque siga igual que hace muchos años, sino porque siguen haciendo las cosas bien y como antes. Nada de cambios y adaptaciones que no son necesarios. Vamos que siguen respetando que una paella sea una paella de verdad, que un plato de calamares sea de eso, de calamares, y que las tellinas tengan, como siempre, un poco de arena. Pero eso sí: que estén deliciosas.

Así que nada, a ver si he conseguido cambiar el hecho de deslumbraros por mi resplandor a hacerlo por mis letras. Aunque no sé yo, con la poca vergüenza que nos gastamos…

PD: Y sigo teniendo mi flor… sí ahí. Llegar a la playa y aparcar en primera línea, sin pagar nada, eso no tiene precio  🙂

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